Hoy os traemos un análisis de uno de los juegos que más nos ha sorprendido en cuanto a su estilo de juego. Se trata de Creature in the Well, juego creado por Flight School Studio, que nos ha permitido descubrir que jugar al pinball puede ser mucho más complejo de lo que ya conocemos.

El Pinball llevado a otro nivel

Tal cual leéis el título, así nos hemos quedado cuando hemos podido jugar a Creature in the Well. Nos trasladamos a un mundo en el que solo queda una pequeña aldea (con la mayoría de casas cerradas) y todo el alrededor lo rodea el desierto.

Nuestro protagonista es un robot ingeniero que tiene que adentrarse en un templo que se divide en distintas ramificaciones, que tendremos que ir superando para volver a poner en funcionamiento todo el edificio, aunque no estaremos solos en esta aventura.

Y sí, habéis leído bien, no estaremos solos ya que nos encontraremos una rana amiga, que estará preocupado de que el lugar esté limpio mientras se asombra de que sigan existiendo modelos de robots como nosotros, llamado BOT-C. Pero no será el único que nos encontramos, ya que tendremos a nuestro amigo cocodrilo Danielle que nos permitirá mejorar nuestro núcleo para tener más daño y obtención de energía (que hablaremos a continuación), aunque para ello, primero tendremos que avanzar por las distintas secciones que tiene el templo, para poner en marcha la máquina que tiene Danielle.

Aunque no estaremos solos en ningún momento, ya que por este pozo vive una criatura, causante de todo el destrozo que hay en el juego, de que el templo se haya quedado sin energía y sobre todo, de que compañeros robots estén abatidos. En cada estancia de la mazmorra, conforme estemos cerca del final, nos interceptará para hacerle frente mediante varias fases, en la que los reflejos y la suerte te tienen que acompañar si o si.

Para superar cada pantalla debemos superar diversos retos en los que entra en juego una mecánica relativamente parecida a la experimentada en los pinball.

Y decimos precisamente lo de la suerte, por que la mecánica principal del juego es un pinball, donde tendremos que golpear una serie de bolas que irán chocando con distintos mecanismos de energía, que nos permitirá ir abriéndonos paso entre la mazmorra, y descubriendo así una serie de niveles en las que se dividen: zonas de curación, zonas de obtención de energía, zonas secretas para tener objetos clave y el camino principal.

Y os preguntaréis, ¿cómo golpeamos los objetivos? La respuesta es muy sencilla, con distintas armas que iremos encontrando desde: una tubería oxidada, una cuchara de madera y mucho más objetos que nos irán acompañando en la aventura.

Aquí hacemos distinción entre herramientas para golpear, que simplemente ayudan a que el pinball se ponga a funcionar con los entornos del mapa, mientras que las herramientas de carga nos van a ayudar a generar bolas de energía, para que el gameplay sea más alocado teniendo en cuenta las posibles explosiones, torretas atacándonos y mucho más obstáculos que nos pondrán difícil su superación. Y esto precisamente es algo que vais a notar cuando juguéis, que la dificultad a la hora de finalizar una de las mazmorras va a ser elevada, por lo que no os alarméis si al principio morís mucho, ya que es parte del progreso, y a medida que estáis avanzando y mejorando vuestro equipamiento, será mucho más llevadero.

Otros apartados a destacar sin duda es el estilo visual, que se hace muy ameno de disfrutar y la banda sonora que tiene, que va variando en función de la situación del juego (por ejemplo, cuando nos enfrentamos a dicha criatura que mencionábamos anteriormente) pero no tiene una serie de canciones como puede tener otro juego.

En cuanto a lo negativo, sí podemos notar cierta repetitividad en cuanto a las salas de las mazmorras, que pese a el escenario cambie con la mazmorra, no deja de tener un sistema de gameplay similar, y puede provocar «aburrimiento», pero aún así, el juego sabe combinar bien la locura y la acción, para que intentemos olvidar esos malos ratos de juego.

Conclusión

En definitiva, es un juego que pese a su sistema de juego es un pinball, sabe jugar muy bien sus cartas combinando elementos del mapa, para que cada nivel tengas una experiencia propia. Una duración ideal para disfrutar del proyecto de Flight School Studio. Recordad que ya está disponible tanto su edición estándar como edición coleccionista para PlayStation 4 y Nintendo Switch.

Lo que más me ha gustado

  • Las mecánicas que ayudan a que el pinball sea algo más.
  • El estilo de juego, permitiendo que haya locura y que no te puedas relajar en ningún momento.
  • La dificultad moderada, cuando nos enfrentamos al enemigo que ha provocado todo el caos.

Lo que menos me ha gustado

  • Poca variedad de salas de exploración.

  • Jugado por: David
  • Plataforma: Nintendo Switch
  • Nº de horas jugadas: 6 horas.

Por David Cantón Padilla

Me gustan los videojuegos desde chico y sigo teniendo esa misma ilusión de cuando jugué al Super Mario World de la Super Nintendo. Me podéis encontrar en las redes como xNyu93/Nyu93

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